historia mercedaria

Un poco de historia…

Tras quince años de admirable misericordia de redimir cristianos cautivos, Nolasco y sus amigos, veían con preocupación que día a día los cautivos, no sólo no disminuían, sino que su número se acrecentaba desmesuradamente. Pedro Nolasco, de fuerte personalidad, de ideas claras, de fe robusta, de sólida y equilibrada devoción a Cristo y a su bendita Madre, de corazón misericordioso, de serena y dedicada confianza en Dios, no se sintió agobiado ante la magnitud de la misión iniciada y su pequeñez personal. Buscó en su fervorosa oración la inspiración divina para poder continuar la obra de Dios iniciada por él. Y, en este punto y circunstancia, la noche del 1 de agosto de 1218, ocurrió la intervención especial de María Santísima en la vida de Pedro Nolasco, que, en una experiencia personal mariana sorprendente, iluminó su inteligencia y movió su voluntad para que convirtiera su grupo de laicos redentores en una Orden Religiosa Redentora que, con la aprobación de la Iglesia y la protección y amparo del Rey Aragón, continuara la gran obra de misericordia comenzada.
Pedro Nolasco, el 10 de agosto de 1218, fundó oficialmente la Orden de Santa María de la Merced de la Redención de Cautivos, con toda solemnidad y notoriedad, en el altar mayor de la Catedral de la Santa Cruz de Barcelona. La vestidura blanca que llevarían como propia de la Orden, y sobre el hábito de la Orden figurara el signo o señal de la catedral, la SANTA Cruz. Luego Pedro Nolasco y los primeros mercedarios emitieron allí mismo, delante del obispo la Profesión religiosa.
El Papa Gregorio IX, el 17 de enero de 1235, en Perugia, con la bula Devotionis vestrae, dirigida al Maestre Pedro Nolasco y a los frailes de la Casa de Santa Eulalia de Barcelona, incorpora canónicamente la nueva Orden a la Iglesia universal. Con esta bula, breve en su texto y tan simple en estructura, el Pontífice Gregorio IX consigue tres efectos importantes para la Orden de la Merced: confirma con su autoridad suprema la existencia de la Orden de la Merced en la iglesia universal; ratifica el uso de la Regla de san Agustín por parte de la Orden; e incorpora a la Orden al grupo de las instituciones religiosas que observaban la Regla de san Agustín.

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