FORMACIÓN PERMANENTE

FORMACIÓN PERMANENTE

Con la profesión solemne termina el tiempo de la formación religiosa mercedaria inicial, pero ésta deberá ir actualizándose siempre por la formación permanente, que es una exigencia intrínseca de la vida religiosa. La formación permanente promueve y fortalece en calve de proceso la identidad mercedaria a lo largo de la vida del religioso.
Cultivando el ser, servir y amar, se valoran como ejes formativos las etapas de la vida religiosa: los primeros años de plena inserción en la actividad apostólica, la media edad, la fase de la edad madura, la edad avanzada, el momento de unirse a la hora suprema de la pasión del Señor.

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