ASPIRANTADO MERCEDARIO

Un camino por recorrer…

La Iglesia “generadora y educadora de vocaciones”1 tiene la tarea de discernir la vocación y la idoneidad de los candidatos a la vida religiosa mediante una formación que tiene por fin inmediato iniciarles en esta experiencia religiosa, profundizando sobre todo, mediante la armoniosa fusión de sus elementos humano, espiritual, apostólico, doctrinal y práctico, y ayudándolos a realizar su unidad de vida en Cristo por el Espíritu.
El fin primordial de la formación es permitir que los candidatos a la vida religiosa descubran la llamada vocacional; y luego, asimilen y profundicen su identidad y pertenencia a nuestra Orden. Solamente en estas condiciones, el candidato se insertará en el mundo con su testimonio significativo, eficaz y fiel.

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